Sobre este blog
En este blog vamos a recolectar diversos recursos sobre las TIC su impacto a nivel empresarial y la gestión del conocimiento.
Los autores actualmente son estudiantes de la Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU). Anteriormente, los autores fueron alumnos del Campus Virtual Compartido del Grupo 9 de Universidades, que cursaron la asignatura Groupware en la gestión del conocimiento, que se impartía desde la Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU).
Esperamos que estos recursos puedan servir a los lectores de este blog a comprender y revisar distintas dimensiones de las tecnologías de la información y de la comunicación en el mundo empresarial.
miércoles, 15 de noviembre de 2017
Hoy en día, el
internet de las cosas (conocido como
IoT por sus siglas en inglés) se extiende y lo inunda todo. Cada día son miles
las aplicaciones que se descubren para conectar cualquier objeto en cualquier
momento. En ocasiones, las utilidades descubiertas no pasan de ser una mera
gracia puntual, sin ningún tipo de “sustancia”, pero en algún momento salta la
chispa y se consiguen cosas asombrosas que cambian completamente nuestro día a
día.
Una de las
aplicaciones de mayor tendencia del IoT es su intervención en el progreso
compatible con el medio ambiente. Es evidente que los recursos naturales son
cada vez más escasos, y necesitamos asumir de forma apremiante un consumo
responsable y eficiente para que éstos puedan perdurar en el tiempo.
Este consumo
eficiente tenemos que interiorizarlo, tanto a nivel personal como a nivel
social, de conjunto, y pasa por establecer diversas medidas en ciudades y
edificios. Es probable que todos conozcamos ya conceptos como “edificios
inteligentes” o “Smart cities”,
que intentan solucionar los actuales problemas medioambientales: ahorro y
optimización en la generación de energía, control del tráfico e implementación
con transporte público, control de consumo de agua, interacción entre
suministros para la gestión de deficiencias o averías, y un sinfín más de
posibilidades.
Muchos
expertos, como Carlo Ratti, director del MIT Senseable City Lab, tienen muy
claro cuáles son las diez grandes innovaciones que cambiarán las ciudades,
para convertir los espacios en entornos eficientes y responsables con el
medioambiente, y toda esta gran transformación pasa por la aplicación del
internet de las cosas al urbanismo y a la construcción.
No obstante, toda
esa información “global” necesaria para el desarrollo de los entornos
inteligentes es susceptible de otro tipo de intereses que no sean la eficiencia
y la gestión responsable del medio ambiente (como pasó hace unos meses con los
fabricantes de la aspiradora Roomba), lo que supone un hándicap
importante para el avance del sector aplicado al medioambiente.
Además, crear
estos entornos responsables es un trabajo muy difícil, que requiere
de muchas voluntades y, sobretodo, de una gran inversión en infraestructuras, junto
con la concienciación de las organizaciones públicas y privadas. Una de las
complejidades de los entornos inteligentes reside en su amplitud, en sus
límites: siempre hay espacio más allá, lo que lo convierte en un objetivo
inabarcable, aunque con mucho potencial de mercado.
Por eso, los
últimos desarrollos se centran en espacios cerrados, como la vivienda o los lugares
de trabajo, con un enfoque principal hacia el confort y la seguridad, más
asistencial, y trasladando la responsabilidad medioambiental a un segundo plano.
Tal es así, que Google ya ha decidido lanzar su propio producto: Google Home.
En mi opinión, el vídeo promocional recuerda bastante a las Google Glass (otro de sus productos). Quizás una casa es un espacio más acotado que el mundo entero.
Publicado por
Anónimo
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Buen articulo bien estructurado y presentado. Estoy de acuerdo con tu opinión aunque que se centren en el confort puede ser un paso atrás para la concienciacion de las personas a realizar un consumo eficiente y llevar a cabo la idea de las Smart cities.
ResponderEliminarArticulo muy interesante. Siempre habia pensando en el IoT en los objetos o cosas más pequeñas, y no como posibles cambios en el futuro de una ciudad.
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