IoT - Internet de las Cosas
El IoT es un concepto que se refiere a
la interconexión digital de objetos cotidianos con Internet. Es una tecnología
que permite instrumentar los objetos que nos rodean. Dado su tamaño y coste, los sensores
son fácilmente integrables en hogares, entornos de trabajo y lugares públicos. De
esta manera, cualquier objeto es susceptible de ser conectado y «manifestarse» en
la Red. Además, el IoT implica que todo objeto puede ser una fuente de datos. Esto
está empezando a transformar la forma de hacer negocios, la organización del
sector público y el día a día de millones de personas.
Al dotar a los objetos con la posibilidad de comunicarse, se ha empezado a generar información en cantidades incalculables, abriendo todo un filón para negocios que se dediquen a su extracción, interpretación y análisis. A medida que la información y las personas están cada vez más conectadas, convergiendo el mundo físico con el digital, la tecnología sirve como herramienta de colaboración y toma de decisiones.
La principal ventaja es que los consumidores
ganan en poder de negociación porque los datos que necesitan los tienen a un
clic, surgiendo nuevos modelos de negocio y aumentando la competitividad. No obstante, esta tecnología encuentra diversos obstáculos. Primeramente, la limitación de la
infraestructura, ya que la capacidad de las redes están en una fase de "cuello de
botella". Además, conforme se superen
las limitaciones de capacidad, se estará construyendo un sistema cada vez más
interconectado en el que cualquier fallo puede producir un efecto dominó. Por otra parte, en cualquier sistema de conexión y redes es necesario asegurar la
privacidad y seguridad, lo contrario generaría desconfianza en el usuario. También es destacable la escasez de regulación y políticas, que provoca que su desarrollo sea lento. Por último, es un hecho que la tecnología se usa para fines innecesarios. Por ejemplo, paraguas con mangos que cambian de color
según la predicción del tiempo, smartphones que te indican la ratio de mujeres
frente a hombres en un bar, dispositivos que indican cuándo hay que cambiarle
el pañal a un bebé... En definitiva, el IoT puede conducir a una sociedad extremadamente sencilla y automática.
Los gobiernos no
están preparados para afrontar toda la normativa necesaria para regular el
nuevo ecosistema del IoT, ya que es necesario
garantizar aspectos como la interoperabilidad de los sistemas y los derechos
individuales de los participantes. Por tanto, el papel de los gobiernos debe ser de liderazgo, no de control. Por otra parte, las e mpresas como
Facebook, Apple, Microsoft... tienen un papel importante porque están obligados
a centrarse en las necesidades del consumidor. Por tanto, puede
decirse que los consumidores son un agente muy importante. No obstante,
actualmente los emprendedores son el
grupo más importante para el cambio.
Las
empresas, quieren que los estados usen las nuevas tecnologías para organizar
mejor los servicios públicos, es decir, que haya solo una única versión en
sistemas de pago, vehículos de energía alternativa, o información del trafico, pero para esto es necesario que las propias empresas ofrezcan la información que han ido
recopilando. Información como estadísticas del funcionamiento del servicio
público, cifras de crímenes, o mapas que pueden ser utilizados por empresas e
individuos para ofrecer servicios nuevos, etc. Esta práctica se denomina business intelligence. Podría haber otra
forma, más horizontal, para compartir datos entre agentes, pero es
inconveniente por 1) competencia y 2) privacidad.
En cuanto a estados, actualmente China es el gigante en IoT. China pretende alcanzar el estatus del mayor fabricante mundial de IoT, pero a la vez es el país con más clientes potenciales al borde del consumismo. Por ello, tanto la oferta como la demanda son fuerzas que tiran del mercado Sin embargo, China cuenta con un problema debido a su historia política, y es que existen sospechas de que lo que el gobierno chino busca es el control. Por último, los
países emergentes (Singapur, Corea del Sur...) tienen la oportunidad de superar
a los desarrollados en este aspecto, porque pueden saltarse ciertas fases para
llegar a la madurez tecnológica mas rápido.
En el siguiente video podemos ver los riesgos que tiene China al ser el país con mayor número de dispositivos conectados a Internet.
Conclusión
El verdadero reto
se encuentra en la infraestructura adaptativa, que una la base para el
desarrollo económico y la posibilidad de cambio en el tiempo que permita la
inyección de innovación al modelo. Por ahora, en
España ya hay más de dos millones de líneas móviles asociadas a máquinas y los
servicios de e-Administración nacionales se sitúan entre los mejores del mundo.
En definitiva, el
Internet de las Cosas se presenta como una de las principales tendencias
tecnológicas del siglo XXI, pero los retos mencionados deben ser abordados para
que se produzca su uso generalizado. El más crucial, sin duda, consiste en
superar la prueba de hacer llegar la conexión a Internet a muchos lugares que
aún carecen de ella.
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